Anoche soñé que te amaba en una vieja barcaza de madera azul y verde anclada a orillas de un río.
Los encuentros, como en una insuperable película antigua en blanco y negro, incluían un extraordinario coñac, un mejor libro para compartir, la música conmovedora de tambores y armónicas, ensambladas y reproducidas por un pasado de moda reproductor de cassettes.
Nuestros cuerpos descubriéndose entre vaivenes ondulantes, palabras, olor a madera y a coñac. Acorralados además por la suavidad deliciosa de una canción.
Desperté…Sigo amando la barcaza de madera azul y verde anclada a orillas del río.
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