“Escribir: para no dejarle el lugar al muerto, para hacer retroceder al olvido, para no dejarse sorprender jamás por el abismo. Para no resignarse ni consolarse nunca, para no volverse nunca hacia la pared en la cama y dormirse como si nada hubiera pasado” (Hélène Cisoux, 'La llegada a la escritura', fragmento).

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Solo transitar entre tus voces?


Me supones frágil, me piensas efímero, fugaz.
Resuelves con tus voces negarme.
Dispones en tu hacer una realidad para mí.
Un escenario donde mi presencia es impuesta
 y mi existencia cuestionada.
Presumes de tus dones.
Transitas por mi mundo afectándome
sin siquiera sospecharlo.
Intento conmoverte pero no lo adviertes.
Pretendo manifestarme, Ser,
Y solo conquisto tu frustración
y tu tranquilidad al especular
que no me parezco a ti.
¡Qué ingenuidad la mía al pensar
que mi esencia podía provocarte,
sacudirte!
Con tu indiferencia, ambos hemos fracasado
en la esperanza de humanizar la vida.

Claudia Montero 2011

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